En su núcleo, la ansiedad es una respuesta fundamental del ser humano profundamente arraigada en nuestra psicología. Representa la aprehensión que naturalmente surge cuando nos enfrentamos a resultados inciertos o desafíos potenciales, un mecanismo evolutivo diseñado para alertarnos sobre posibles peligros.
Sin embargo, la ansiedad se convierte en motivo de preocupación cuando trasciende el ámbito de la preocupación común, transformándose en un estado emocional persistente y angustioso. Piense en ello como la sensación de un corazón que late rápidamente, una mente consumida por pensamientos incesantes y una opresión en el pecho; estos son los indicadores característicos de los síntomas de ansiedad.
Es esa sensación de estar al borde, luchando por sacudirnos una inminente sensación de fatalidad, incluso cuando la lógica sugiere lo contrario. Los trastornos de ansiedad abarcan un espectro de trastornos de salud mental, cada uno caracterizado por sus desencadenantes únicos y manifestaciones de síntomas de ansiedad.
Es esa sensación de estar al límite, incapaz de sacudirse una sensación de fatalidad inminente, incluso cuando la lógica sugiere lo contrario. Los trastornos de ansiedad son un conjunto de trastornos de salud mental que abarcan una variedad de experiencias específicas, cada una marcada por sus desencadenantes y síntomas únicos.
Síntomas físicos:
Los medicamentos no pueden curar un trastorno de ansiedad. Pero pueden mejorar los síntomas y ayudarlo a funcionar mejor. Los medicamentos para trastornos de ansiedad a menudo incluyen: